Con la motivación de llevar agua potable a quienes no tienen acceso, la investigadora Bárbara Gosziniak Paiva, de 29 años, desarrolló una botella que purifica el agua a través de la radiación de luz ultravioleta. El propósito del prototipo es eliminar bacterias, protozoos y otros patógenos presentes en el agua que son perjudiciales para la salud humana.
Bárbara nació en Belo Horizonte, se graduó en ingeniería ambiental y actualmente estudia una maestría en ingeniería de materiales en la UFOP (Universidad Federal de Ouro Preto), en la región central de Minas Gerais. “Cuando fui a definir cuál sería mi proyecto de maestría, le dije a mi tutor que quería hacer algo en el área de materiales, pero que también estuviera relacionado con la parte ambiental. De ahí, la idea de estudiar el efecto de la luz azul en el tratamiento del agua”, dice el estudiante.
Según datos del Sistema Nacional de Información de Saneamiento, casi 35 millones de personas en Brasil no tienen acceso a agua potable. Según el Instituto Trata Brasil, alrededor de 3,5 millones de personas mueren en el mundo cada año debido a problemas relacionados con el suministro inadecuado de agua.
El prototipo desarrollado por Bárbara consiste en una botella que utiliza radiación de luz ultravioleta para eliminar los patógenos que se encuentran en el agua sin tratar. Además, existe un filtro de membrana para retener las partículas que puedan estar presentes en la fuente de agua y un dispositivo encargado de enfriar o calentar el líquido dentro de la botella.
Un diferencial del proyecto es que todo el sistema responsable del funcionamiento de la botella es alimentado por energía solar, lo que permite llevarlo a cualquier ambiente, sin dependencia de fuentes de energía eléctrica.
“La botella tiene varias tecnologías involucradas, que provienen de diferentes sectores de la electrónica. Entonces, lo que hizo Bárbara fue acoplar en un solo sistema varios componentes conocidos por ser útiles en el proceso de adecuación del agua para la ingesta humana”, dice Rodrigo Bianchi, profesor del departamento de física de la UFOP y asesor del proyecto.
En 2021, Bárbara presentó su proyecto al concurso Red Bull Basement. La competencia buscaba encontrar estudiantes con propuestas innovadoras que utilizaran la tecnología para generar un cambio positivo. Entre las 443 obras presentadas, su propuesta fue elegida ganadora nacional.
A fines de marzo, la joven participó en la final mundial del evento, realizado en Estambul, Turquía, con proyectos de 44 países. A pesar de no ganar la competencia internacional, Bárbara resultó ganadora del desafío “storytelling”, en el que los participantes debían contar las historias de sus proyectos y el desarrollo de la investigación hasta el momento del evento.
“Fue un evento realmente genial, porque reunió a personas de 44 países con un mismo propósito. Tuve la oportunidad de hablar con personas de todo el mundo sobre mi proyecto y escuchar sobre sus proyectos también. Fue muy emocionante representar a mi país, no puedo ni explicar este sentimiento”, dice el investigador.
Según el estudiante, el proyecto está en fase de pruebas. Algunos de los principales desafíos para la investigación son el alto costo de los materiales involucrados en el análisis y la dificultad de obtener financiamiento para la investigación. “Ahora estoy buscando inversiones y asociaciones tanto para realizar más pruebas como para comenzar a producir las botellas a gran escala. Mi plan es continuar con el proyecto, porque creo que puede ayudar a mejorar la vida de muchas personas”, dice. Bárbaro.
Mientras finaliza su investigación para mejorar la tecnología y poder producir la botella a gran escala, Bárbara ya presentó una solicitud de patente para su proyecto.