Cero Residuos

Cuando alguien habla sobre la tendencia de “Cero Residuos” o “Zero Waste“, las personas despistadas suelen pensar de que se trata de una serie de tutoriales DIY que se han puesto de moda. Pero lo cierto es que “Cero Residuos” es mucho más que solo eso. A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre este modelo rompedor que aspira a cambiar la industria de bienes y servicios para siempre.

¿Qué significa Cero Residuos?????️

“Cero Residuos” (“Zero Waste” en ingles) significa un cambio de perspectiva de lo que, los seres humanos, percibimos como basura. Es una nueva tendencia que pretende cambiar nuestro enfoque clásico de la economía lineal (que se  basa en extraer recursos, fabricar productos y botar desechos), y en su lugar, fomentar un enfoque más circular en la forma que utilizamos los recursos. En su práctica más elemental, el objetivo de “Cero Residuos” es impulsar las economías industriales hacia la meta de no enviar residuos a vertederos, ni incinerarlos o depositarlos en ríos u océanos.

Según la Zero Waste International Alliance (ZWIA), un organismo ha ido adquiriendo mucha notoriedad en las últimas dos décadas, el concepto de “Cero Residuos” se puede definir de la siguiente manera:

“La conservación de todos los recursos mediante la producción, consumo, reutilización y recuperación responsable de productos, envases y materiales sin quemar y sin vertidos al suelo, agua o aire que amenacen el medio ambiente o la salud humana”.

¿Qué es el movimiento Cero Residuos?

El movimiento “Cero Residuos” se basa en un conjunto de prácticas e iniciativas que podemos aplicar a nuestro estilo de vida para reducir considerablemente la basura de nuestro entorno. Para alcanzar el objetivo de residuos cero, es importante implementar cambios en tres diferentes niveles de complejidad:

El primero de ellos es el cambio personal, cada uno de nosotros debe ser consciente del gasto material y energético que genera cada una de nuestras acciones, repensando nuestra manera de consumir. Una de las iniciativas más populares de cambio personal es el ‘Reto del tarro de masón’, aquí los participantes reducen sus residuos a un solo tarro de cristal durante un año.

El segundo nivel es el cambio social. A partir de aquí empezamos a llevar nuestro accionar a nuestro lugar de trabajo y a las escuelas. La educación medioambiental es una de las bases más importantes para garantizar un mundo limpio y libre de residuos. Una de las iniciativas que ejemplifican el cambio social son las novedosas tiendas cero residuos que surgieron con el fin de proveer insumos que no generen basura.

Y por último, se necesita un cambio estructural para que esta iniciativa tenga éxito. Para ello, es imprescindible que se apoye a nivel administrativo y se den facilidades para que, tanto ciudadanos como grandes empresas y organismos públicos, adopten estas medidas. El mejor ejemplo de cambio estructural que se encuentra en marcha ahora mismo es la propuesta de implementación de la Economía Circular, un sistema de intercambio de bienes y servicios que sigue los principios del movimiento cero residuos.

¿Cero Residuos incluye solo Reciclar?

Si bien reciclar y hacer gestión de todos los residuos posibles son prácticas fundamentales para alcanzar la meta de los “Cero Residuos”, en realidad esta filosofía va mucho más allá de solo limitarse a ocuparse de los desechos al final de su vida útil. Para ser claros, el reciclaje vendría DESPUÉS de hacer un trabajo mucho más arduo de analizar todo el ciclo de vida de un material o un producto.

Con análisis del ciclo de vida nos referimos a pensar en formas sostenibles de hacer la extracción de materiales, las prácticas de producción y las de consumo, detectando las ineficiencias a corregir para luego proceder a reutilizar recursos y, de ser necesario, realizar rediseños en los productos. Incluso si se alcanzase la meta de reciclar el 100% de los residuos, todavía podría haber productos o empaques mal diseñados que desperdician energía y agua.

Tomemos como ejemplo las bolsas de plástico. Incluso si recicláramos el 100% de nuestros contenedores de plástico, utilizar bolsas de malla de algodón en su lugar sería una idea mucho mejor, ya que necesitan mucho menos recursos para fabricarse, son biodegradables, producen muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero y reducen en gran medida otras emisiones tóxicas.

En definitiva, Cero Residuos no se refiere solo a mantener los desechos fuera de los vertederos, sino también a impulsar nuestra economía para que derroche lo menos posible en la producción y el consumo.

Seamos realistas ¿Es Cero Residuos algo posible?

Hay opiniones enfrentadas ante esta pregunta. Los activistas del movimiento “Cero Residuos” alegan que es absolutamente factible, mientras que los más escépticos sostienen que es muy poco probable que se pueda llegar a un punto en que una economía no se genere ningún desperdicio. Estos últimos sostienen que, dada a la existencia de la segunda ley de la termodinámica, la calidad de la energía siempre se degrada a medida que se utiliza. Por lo que, a la larga, algo podría quedar sin aprovechase.

Pero incluso si los escépticos tuviesen razón, la doctrina de los Cero Residuos no se trata de una obsesión carente de sentido, sino de un proceso, una meta a largo plazo con beneficios ambientales, sociales y económicos inmensos. A modo de comparación, luchar por alcanzar una sociedad Cero Residuos, es el equivalente a luchar por una con Cero Criminalidad, Cero Pobreza o Cero Corrupción: todas estas metas son demasiadas ambiciosas y también bastantes cuestionables por su realismo, pero solo las personas que se esforzaron por ir tras aquellas metas fueron los que lograron cambios significativos y los que más se acercaron a sus objetivos. Y la meta de los cero residuos no será una excepción.

Tal vez el aspecto principal a tener en cuenta para lograr el mayor avance hacia los Cero Residuos, y sobre todo a nivel industrial, es cerrar el ciclo de flujos de materiales y energía. Desde la extracción de recursos hasta la producción, el consumo y la gestión de los materiales desechados, el objetivo es cerrar el ciclo, redefinir todo el concepto de residuos y garantizar que los recursos permanezcan en uso durante el mayor tiempo posible antes de devolverlos a la tierra con poco o ningún impacto ambiental.

¿Cómo la tendencia Cero Residuos ayuda al medio ambiente?

Para este punto, ya debería quedar más que claro que nuestra cultura actual de consumo es insostenible. La extracción de las materias primas de la naturaleza es algo que, además contaminar, demanda enormes cantidades de energía, ya sea extrayendo minerales, perforando yacimientos de petróleo o talando bosques. Luego, el procesamiento de los materiales extraídos requiere aún más energía y causa más contaminación. Y por si fuera poco, una vez que los productos se utilizan simplemente se tiran a un vertedero o se consumen en un incinerador.

La omnipresente crisis climática agrava esta situación. Según Our World in Data, el 29,6% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero son causadas por la producción y el uso de bienes, incluido alimentos, productos y envases. Los principios rectores de Cero Residuos: reducir, reutilizar y reciclar buscan conservar esa energía y reducir drásticamente las emisiones de carbono. Adicionalmente, se busca conservar los recursos naturales y reducir la contaminación de la extracción, fabricación y eliminación. Reducir y reutilizar significa que se utilizan menos productos, ya que la gente compra menos y están hechos para durar. El reciclaje, por su parte, mantiene los materiales fuera de los vertederos e incineradores, y proporciona a los fabricantes materias primas recicladas en lugar de nuevas materias primas para fabricar nuevos productos.

Sin embargo, el medio ambiente no tiene por qué ser el único beneficiado. A nivel social y económico, un enfoque de Cero Residuos puede garantizar el desarrollo de las comunidades locales, crear nuevos empleos y proteger la salud de los habitantes frente a un entorno más limpio. Los proyectos comunitarios centrados en la reutilización ayudan a redistribuir bienes útiles a los necesitados, desde alimentos hasta muebles sobrantes y ropa de negocios para quienes ingresen en el mercado laboral. Luego, con estrategias comunitarias de cero residuos, como el compostaje en un jardín comunitario, el intercambio de herramientas y habilidades para reutilizar y reparar son solo algunos ejemplos de beneficio humano que se pueden extraer de un enfoque de cero residuos.

¿Dónde comenzó Cero Residuos?

Es probable que el primer registro que hace alusión a esta tendencia sea el iniciado por el Dr. Daniel Knapp, un ecologista que fue invitado a una gira por Australia para emprender una serie de charlas con gobiernos, empresas y ciudadanos de las principales ciudades del país. En su gira, Knapp expuso varias de sus ideas acerca de cómo maximizar la recuperación de materiales y minimizar el desperdicio mediante la reutilización, el reciclado y el compostaje con todo lo que se desperdicia en la industria.

En principio, el término original a Cero Residuos fue “No Residuos”. “No Residuos” resonó en el gobierno del Territorio de la Capital Australiana cuando, a raíz de las conferencias de Knapp, comenzó a promover el eslogan “No residuos para 2010”.

Con el tiempo, el término se transformó en “Cero Residuos” cuando el concepto fue llevado a pequeñas ciudades de Nueva Zelanda durante la primera conferencia de “Cero Residuos” en Kataia (diciembre de 2000) encabezada por el activista Warren Snow. Luego, Snow recorrió las ciudades de Estados Unidos describiendo los programas locales.

De más está decir que la tendencia de “No residuos” y “Cero Residuos” se popularizó rápidamente en el país del norte. Desde la visita de Snow, diferentes asociaciones y municipios comenzaron a adoptar medidas e impulsar proyectos con el objetivo de alcanzar la meta de los cero residuos.

A nivel administrativo, fue San Francisco la primera ciudad estadounidense en adoptar una jurisdicción propia para reducir la cantidad de basura generada. Diferentes medidas como promover el reciclaje de plásticos o el compostaje de residuos son solo algunas de las que ha puesto en marcha la ciudad. Durante los últimos años, alcaldes de todo el mundo han visitado diferentes plantas de gestión de residuos en San Francisco para implementar algunas de esas medidas en su ciudad.

Hoy en día Cero residuos es el estándar para las organizaciones locales, nacionales e internacionales. La Alianza Global Anti Incineración en los EE. UU., Europa y Asia, así como Greenpeace Estados Unidos e Internacional se han unido bajo la bandera de los Cero Residuos. Zero Waste International Alliance adoptó una definición revisada internacionalmente de Cero Residuos: desviación mínima del 90% de materiales desperdiciados de vertederos e incineradores.

¿Qué es la jerarquía de los Cero Residuos?

La filosofía de Cero Residuos sigue una jerarquía. A la hora de implementar esta práctica se debe tener como objetivo principal mantener los recursos en uso durante el mayor tiempo posible. Utilizando el esquema Cero Residuos como guía, nuestro accionar personal empieza a partir del nivel 2.

Los dos niveles superiores se centran en los ‘productos’, no en el desperdicio, expandiendo el nivel de ‘prevención’ de la jerarquía tradicional hacia ‘Rechazar, repensar y rediseñar’. Esto encapsula todo lo que detiene la producción de desechos, desde el cambio de comportamiento para evitar el consumo de artículos de un solo uso, hasta el replanteamiento de los modelos comerciales para que estén libres de desechos por diseño.

El segundo nivel, ‘Reducir y reutilizar’, se centra en mantener los productos ya adquiridos en uso y evitar que se conviertan en desechos, mientras que el tercer nivel, ‘Preparación para la reutilización’, se refiere a tomar los productos de desecho y reacondicionarlos para que puedan volver a ser utilizables. El nivel cuatro refleja la jerarquía tradicional, con el reciclaje, el compostaje y la digestión anaeróbica como la “última opción” ideal para mantener los materiales en uso.

En el nivel cinco, se prioriza la ‘recuperación de materiales y productos químicos’ sobre la simple recuperación de energía; esto se centra más en retener materiales y recursos, en lugar de convertir material valioso en energía a través de la incineración.

Finalmente, en la parte inferior de la jerarquía de los Cero Residuos se encuentran las opciones de eliminación, siendo la gestión de residuos la última opción para los desechos que quedan después de que se hayan recuperado todos los materiales valiosos.

¿Cero Residuos ahorra dinero?

Por supuesto, “Cero Residuos” es una excelente iniciativa para ahorrar dinero. A continuación, presentaremos algunas de las formas de aprovechar los residuos para obtener ganancias o ahorrar dinero dentro del marco hogareño:

Compostaje

Los restos de comida y los recortes de jardín, con frecuencia, constituyen el mayor volumen de residuos que acaba en nuestra basura. Si optásemos por compostar estos desechos, lograremos reducir en gran cantidad lo que enviamos a los vertederos, así como lo que pagamos por su recogida y eliminación.

Teniendo en cuenta lo cara que es la basura a fin de cuentas (se paga para que se recoja de las casa y también para su incineración), el compostaje es una excelente idea para ahorrar dinero.

Aprovechar los Reutilizables

Invertir en artículos reutilizables es una propuesta muy interesante a la hora de ahorrar dinero. El aumento desmedido de productos desechable en las últimas décadas no solo ha aumentado el volumen de residuos, sino que también se convirtieron en un ataque directo a al bolsillos de los consumidores por la necesidad de tener que comprar un envase o artículo nuevo cada vez que se termina de usar el anterior.

Una idea interesante sería hacerse de un set de artículos reutilizables como bolsa de algodón, frascos de alimentos y botellas reutilizables para ahorrar dinero a largo plazo y así evitar exceso de basura en la puerta de la residencia.

Comprar a granel

Comprar mercancía a granel no solo evita que se compren los mismos artículos con más frecuencia, lo que cuesta más dinero a largo plazo, sino que también se reduce el volumen de empaques de los productos. Además, si se compra en línea, los pedidos a granel no suelen cobrar por el envío.

Prohibiciones de plástico de un solo uso

Así como recolectar y eliminar basura tiene un costo si se vive en sociedad, el reciclar (y sobre todo el plástico) lleva consigo una carga impositiva para los contribuyentes. Algunos artículos, como las bolsas de supermercados, si no están contaminando el ambiente al tirarse en los contenedores comunes, están quitando dinero del bolsillo de los contribuyentes debido a sus altos precios para el reciclaje. Prohibir artículos como estos, sería una buena idea para eliminar la contaminación potencial, crear un ambiente saludable en las ciudades y, en última instancia, ahorrarse dinero de los impuestos.

Pago por uso

Las ciudades y pueblos con programas PAYT cobran tarifas a los residentes en función de la cantidad de basura que generan: cuanta más basura tenga, mayor será el costo de recolección. Las ciudades con programas PAYT, como Worcester, Massachusetts, tienen entre un 40 y un 50% menos de basura que las que no lo tienen, lo que reduce los costos de recolección de basura y ahorra dinero a los residentes.

Más beneficios Cero Residuos

Al reducir el desperdicio y ahorrar dinero, se tendrá más dinero disponible, las empresas podrán invertir más en sus empleados, las ciudades y pueblos podrán construir comunidades más saludables y el gobierno podrá invertir fondos en otros problemas urgentes como transporte, vivienda y educación.

¿Cómo Cero Residuos puede ser practicado en la vida diaria?

Si usted se ha unido al movimiento Cero Desperdicios para asegurarte unos cuantos dólares a fin de mes, las prácticas de la sección anterior son más que suficiente. Pero si tu intención es tomarte esto más en serio y afianzar una relación de compromiso con el medio ambiente, entonces aquí te voy a proponer unos consejos adicionales para frenar tu generación de residuos hasta llevarlo al cero absoluto.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que establecer estas prácticas de forma continuada puede tomar bastante tiempo. Pero si se adopta un enfoque de progreso gradual, la meta de los cero residuos es plenamente alcanzable. A continuación, daremos algunos consejos adicionales de gestión de residuos:

Eliminar todos los artículos de un solo uso: Hay muchos otros elementos que se botan con frecuencia en la basura y no son solo los envases de alimentos. Algunos de los otros más comunes suelen ser utensilios, pajitas, toallas de papel, etc. Use sus propios artículos reutilizables, como cubiertos de metal o servilletas de tela, para reducir la cantidad de desechos de papel y plástico que genera con cada comida.

Analizar la basura: El examinar lo que hay en tu basura puede darte una idea de dónde proviene la mayoría de los desechos personales. Si se encuentra mayor proporción de algún artículo en concreto, como alimentos o recipientes, esto te dará una señal de por dónde hay que empezar a reducir la producción. Por ejemplo, si la mayor parte de los desperdicio son envoltorios de plástico, se debería modificar los hábitos de uso de este material, optando por utilizar menos bolsa de supermercado y comprar más a granel.

Reciclar: Si bien dijimos que priorizar artículos de varios usos por sobre los desechables de un solo uso es una excelente táctica para ahorrar dinero y basura, muchas veces ocurre que los alimentos que compramos siempre llevan un envase no reutilizable con el que no tendremos nada que hacer con él después. Para estos casos, una opción factible sería hacer uso de los servicios públicos para enviar estos materiales a centros de reciclaje.

Los materiales que son posibles de reciclar son: El cartón, las latas de aluminio, el vidrio, productos de papel y plásticos duros.

Tiendas de segunda mano: Comprar ropa en una tienda de segunda mano es una excelente idea que colabora con la filosofía del reciclaje. Y como no, también es una forma de ahorrarse algo de efectivo. Esta iniciativa es mejor que comprar prendas nuevas o de moda pasajera que tienen más probabilidades de terminar en vertederos.

Además, no hay por qué limitarse solo a comprar ropa. Se pueden adquirir también artículos para el hogar y muebles en las tiendas de segunda mano para luego reutilizarse o reciclarse en otros bienes útiles.

Suprareciclaje: Esta práctica es similar al reciclaje, pero aquí en lugar deshacernos de los artículos para que vuelvan al ciclo de producción, lo que hacemos es transformar los artículos viejos en nuevos usando la creatividad. Con la imaginación puedes fabricar desde cosas sencillas, cómo usar frascos Mason para almacenar otros alimentos, elementos de carpintería o usarlos como macetas, hasta cosas más complicadas, como hacer bricolaje con madera vieja o crear bolsos son sábanas o ropa vieja.

Compostaje: En la sección anterior ya habíamos mencionado la idea de producir compost con restos de comida para usarlo en nuestro jardín y así ahorrar dinero al reducir el volumen de residuos en nuestros vertederos. Pero ahora, si lo que queremos es ir más en serio con nuestra conciencia ambiental, lo que podrías intentar sería comprar o construir un contenedor de compostaje para almacenar esos residuos y luego utilizarlos para proveer de nutrientes de manera sostenida a todos los rincones de tu jardín.

Los residuos que son aptos para el compostaje son los siguientes: Hojas secas, pasto cortado, aserrín, ceniza, cáscaras de frutas y verduras, fruta echada a perder, plumas, cáscaras de huevos, semillas y carozos, heces de caballo o de vaca, pelo, polvo resultado de barrer, café, saquitos de té, etcétera.

En las condiciones adecuadas, el compostaje puede convertir los restos de comida en nutrición orgánica pura sin generación de los subproductos de metano dañinos que se liberan al aire cuando los materiales orgánicos comienzan a descomponerse en los vertederos.

Comprar alimentos frescos: Aquí es donde entran en juego los Locales de Cero Residuos. Estos se han puesto de moda en estos últimos tiempos cómo una extensión comercial al movimiento “Cero Residuos”, y se caracterizan por vender alimentos a granel que son entregados en bolsas de papel, en lugar de adquirirse envueltos en plástico como ocurre con los alimentos procesados.

Frecuentar más los alimentos frescos, como frutas y verduras, es una excelente manera de usar menos plástico. Si come carne, puede llevar sus propios envases a la carnicería o charcutería, lo que reduce el desperdicio de plástico y papel.

Utilice pilas recargables: Si usa dispositivos electrónicos con baterías desechables, intente cambiar a versiones recargables. Las baterías recargables te ayudan a ahorrar dinero en paquetes de baterías y a reducir la cantidad de empaques de plástico y baterías usadas que terminan por envenenar el suelo cuando se desechan.

Conéctese con una comunidad de residuos cero: Las comunidades de todo el mundo han adaptado con éxito su estilo de vida para eliminar los residuos. Busque foros, tableros de mensajes o visite los centros comunitarios locales que estén orientados a fomentar un estilo de vida sin desperdicio. Estos grupos pueden brindar apoyo y ayudar a brindar la información necesaria para su propio viaje exitoso de cero desperdicios.

¿Qué son las Tiendas de Cero Residuos?

Las tiendas de cero residuos son un fenómeno relativamente reciente. Estos almacenes se caracterizan por garantizar un estilo de vida de cero desperdicios para los clientes que las visitan. Entre las cosas que destacan los locales de cero desperdicios son:

  • No utilizan plástico, la comida se vende a granel y los clientes tienen la responsabilidad de traer sus propios envases. En caso de que no se haya traído un envase propio, se suele ofrecer bolsas de papel y envases de vidrio reciclados gratis, o incluso se venden como un producto más.
  • Se respeta el ciclo de vida de los alimentos, cuando haya alimentos que estén cerca de caducar se les asigna un destino para que sean aprovechados, como un banco de alimentos.
  • Todos los productos se compran a granel, la forma en que se distribuye el grano en este tipo de tiendas suele seguir un patrón
  • Priorizan los productos locales, uno de los actos más sostenibles es comprar a quienes te rodean.

En definitiva, el frecuentar las tiendas de cero residuos es una excelente iniciativa para sumarse a la tendencia de los Cero Desperdicios.

¿Qué productos son Cero Residuo?

Los productos Cero Residuos se caracterizan especialmente por estar hechos de componentes biodegradables o fácilmente reciclables, y en su gran mayoría funcionan como un remplazo a los productos tradicionales hechos de plástico u otro material contaminante. Aquí algunos ejemplos:

¿Cómo se puede lograr la gestión de Cero Residuos a nivel global?

La tendencia de Cero Residuos, como una prueba de compromiso personal, se ha convertido en una excelente iniciativa para mantener los residuos fuera del medio ambiente. Sin embargo, para que esta corriente se afiance a nivel social, se necesita un marco teórico y compromiso mucho mayor. Para este caso, el concepto de Economía Circular se empieza a poner en el debate y se erige como un complemento a la filosofía de los Cero Residuos.

Los conceptos de cero residuos y economía circular a menudo se mezclan o se usan indistintamente. Si bien ambos tienen objetivos similares, son dos modelos diferentes que adoptan enfoques hacia la sostenibilidad, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y, en última instancia, el cambio climático.

Mientras que Cero Residuos es un conjunto de principios que nos guían hacia un objetivo, la economía circular es más un modelo que nos propone un marco sistemático para llevar la tendencia de Cero Residuos a gran escala.

En un nivel simple, la economía circular es un concepto que defiende el diseño de sistemas de ciclo cerrado y la circularidad de los recursos, para que, de esta manera, las materias primas permanezcan dentro de la cadena de suministro, o en el ciclo que le corresponde. Es un ciclo de desarrollo positivo y continuo que preserva y mejora el capital natural, optimiza el rendimiento de los recursos y minimiza los riesgos del sistema mediante la gestión de existencias finitas y flujos renovables”.

Las economías circulares eliminan el desperdicio a través del diseño al crear sistemas más eficientes que representan todo el ciclo de vida de un producto, asegurando que el desperdicio que se produce sea de la mejor calidad posible para que los recursos naturales puedan reutilizarse.

Una economía circular hace uso de muchas de las estrategias que ya empleamos para prevenir el desperdicio, incluida la reducción, reparación y reciclaje, al mismo tiempo que busca en la naturaleza misma pistas para diseñar sistemas ricos en retroalimentación que sean robustos, adaptables y promuevan una funcionalidad sostenible que permita que los recursos se regeneren. Alguna de las nuevas estrategias de las que hace uso la economía circular son la economía colaborativa, el suprareciclaje, el ecodiseño, la remanufacturación y la ecología industrial. También hace hincapié en las energías limpias renovables y los sistemas de agua gestionados para promover ecosistemas saludables.

Sin embargo, el objetivo final del movimiento de la economía circular es un sistema a escala global, en el que podamos confiar principalmente en los recursos que ya hemos cosechado, en lugar de ignorar los materiales reciclables y explotar las materias primas.

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