Muchos dicen que la eficiencia energética es la primera línea de defensa en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, lo que no se dice mucho es que esta NO implica solo usar la menor cantidad de energía posible. En su lugar, esta filosofía involucra idear formas más inteligente de utilizar la energía e innovar constantemente. En esta artículo, presentaremos varios ejemplos de cómo utilizar más eficientemente la energía.
¿Qué se entiende por eficiencia energética?
La eficiencia energética, a veces también llamada ahorro energético, consta de un conjunto de métodos que tienen por objetivo reducir la cantidad de energía necesaria para brindar la misma cantidad de producción útil. Por ejemplo, una bombilla LED de 12 vatios de bajo consumo utiliza hasta un 75% menos de energía que una bombilla tradicional de 60 vatios, pero proporciona el mismo nivel de luz. Por lo general, las mejoras en la eficiencia energética se logran mediante la adopción de una tecnología o un proceso de producción más eficiente o mediante la aplicación de métodos comúnmente aceptados para reducir las pérdidas de energía.
El uso eficiente de la energía ha sido una tendencia creciente en varios países del mundo debido al aumento de los costos de la energía y los problemas ambientales causados por las emisiones de gases de efecto invernadero. A modo ilustrativo, esta tendencia puede notarse en la venta de productos electrónicos o electrodomésticos a los consumidores, muchos de los cuales se han vuelto cada vez más energéticamente eficientes año tras año.
Esta tendencia también se extiende al diseño y compraventa de inmuebles. Son cada vez más los propietarios que empiezan a tener en cuenta el factor energético en las viviendas antes de decidirse en comprar o venderla. Se prioriza, por ejemplo, que un edificio lleve aislante térmico para reducir la energía utilizada en la calefacción y refrigeración o iluminación de bajo consumo antes de ponerse en venta.
Pero además de los beneficios económicos, la reducción del uso de energía también se ha presentado como una solución al problema de minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Según la Agencia Internacional de Energía, la mejora de la eficiencia energética en los edificios, los procesos industriales y el transporte podrían reducir las necesidades energéticas del mundo en 2050 a un tercio de la actual y, consecuentemente, reducir las emisiones que contribuyen al cambio climático.
Frecuentemente, se dice que la eficiencia energética y el uso de las Energías Renovables son los “pilares gemelos” de la política de lucha contra el cambio climático y son prioridades importantes en la jerarquía de la energía sostenible. En muchos países también se considera que la eficiencia energética representa un beneficio para la seguridad nacional porque se puede utilizar para reducir el nivel de importaciones de energía de países extranjeros y puede ralentizar la velocidad a la que se agotan los recursos energéticos nacionales.
Sin embargo, NO debe confundirse eficiencia energética con conservación de energía. Si bien ambos conceptos comparten el mismo objetivo, que es reducir el uso de energía, los métodos para conseguirlo son distintos. La conservación de energía depende más de que se reduzcan las actividades que consumen energía, apagando las luces, conduciendo menos o usando electrodomésticos con menos frecuencia. La eficiencia energética, en cambio, aprovecha la tecnología para ayudar a reducir o directamente evitar el desperdicio de energía, de modo que se puedan utilizar luces, electrodomésticos y trasporte libremente, pero utilizando menos energía en el proceso. Todo se reduce a un uso más inteligente de la energía.
¿Por qué es importante la eficiencia energética?
La eficiencia energética es tan importante para la industria como para los consumidores debido a los beneficios económicos y ambientales que esta ofrece. A continuación, detallaremos los principales motivos para promover el uso eficiente de la energía:
Reducción de emisiones: Aumentar la eficiencia energética en edificios, vehículos, electrodomésticos y equipos industriales es una forma económica y de bajo impacto de reducción de la contaminación climática a gran escala. Una forma extremadamente eficaz de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) es a través de un hogar más eficiente. El uso generalizado de electrodomésticos, productos electrónicos, equipos e iluminación eficientes, junto con un mejor aislamiento y otras condiciones de climatización, podría reducir 550 millones de toneladas métricas de contaminación de carbono al año para 2050.
Menor impacto en la tierra: El uso eficiente de la energía también beneficia a la vida silvestre y las áreas naturales al disminuir la demanda de nuevas plantas de energía que ocupan espacio. Esto incluye a las fuentes de energía renovables que no generan emisiones de carbono. Por ejemplo, las presas hidroeléctricas pueden dañar las zonas acuáticas, parques eólicos son potencialmente peligrosos para las aves, y los residuos nucleares pueden causar daños devastadores si filtrado en el ecosistema.
Creación de puestos de trabajo: Actualmente en los Estados Unidos, más de 2.2 millones de puestos de trabajos están relacionados con el sector de la eficiencia energética o la producción de energía limpia. Eso es más de cinco veces los empleos en las industrias de combustibles fósiles. De hecho, aproximadamente uno de cada seis trabajos de construcción en el país está relacionado con la eficiencia energética. Este aumento de empleo puede ser extrapolable a cualquier otro país del mundo.
Facturas más bajas: La eficiencia energética resulta en menores gastos, ya que el ahorro de energía asegura ahorros monetarios. Los electrodomésticos de bajo consumo energético pueden llegar a ahorrar más del 50% de energía que los convencionales. Los hogares urbanos de bajos ingresos tienen una carga de energía (la proporción de los ingresos gastados en energía) tres veces mayor que la de los hogares de ingresos más altos, en parte debido a la falta de climatización. De manera similar, la carga energética de las familias rurales de bajos ingresos es casi tres veces mayor que la de otros hogares rurales.
Mejor salud: La eficiencia energética también puede ayudar a las personas a vivir una vida más sana y prolongada. Cuando las plantas de energía queman carbón, petróleo y gas natural, liberan pequeñas partículas en el aire que respiramos; estas partículas están relacionadas con el asma, los ataques cardíacos y el cáncer de pulmón. Dentro de una casa, la ventilación y la climatización ineficientes también pueden contribuir a enfermedades respiratorias. La eficiencia energética puede incluso mejorar la comodidad de la vida diaria, lo que puede no tenerse en cuenta en las estadísticas de beneficios.
Independencia energética: A mayor escala, la eficiencia energética puede mejorar la seguridad energética, creando una red eléctrica más resistente y haciendo que un país sea menos dependiente de fuentes extranjeras de combustibles fósiles.
¿Cómo promover la eficiencia energética?
Para promover la eficiencia energética es de vital importancia hacer un uso inteligente de la tecnología energética. Las tecnologías energéticas convierten las fuentes de energía en servicios energéticos como iluminación, movilidad o calor. Sin embargo, es bien sabido que, durante cualquier conversión de energía, se pierde algo de esta en el proceso. La eficiencia energética consiste en mejorar una tecnología para que pierda menos energía durante la conversión. Actualmente, hay disponible una gran variedad de tecnologías y características de diseño pensadas para mejorar la eficiencia del uso de energía en los sectores inmobiliarios, electrónicos y del transporte.
Edificios y electrodomésticos
Los edificios pueden ser más eficientes desde el punto de vista energético mediante el uso de tecnologías más eficientes y un diseño más óptimo de la infraestructura.
Los edificios utilizan dos tipos principales de fuentes de energía: electricidad y combustibles fósiles (gas natural o aceite para calentar, enfriar o cocinar). En residencias y edificios comerciales, los consumidores suministran a la mayoría de los electrodomésticos y equipos con electricidad. Con el tiempo, las nuevas iteraciones de estos electrodomésticos, como lavadoras, refrigeradores o acondicionadores de aire, han mejorado tecnológicamente para ser más eficientes energéticamente, en parte debido a algunas políticas como la actualización de los estándares de electrodomésticos. A medida que los consumidores cambian a estas tecnologías más eficientes, el uso de energía asociado con la provisión de los mismos servicios energéticos disminuye.
Además de reemplazar los electrodomésticos más antiguos y menos eficientes por otros más nuevos y eficientes, se pueden tomar varias medidas para mejorar la eficiencia energética de los hogares mediante un mejor diseño y aislamiento. Para los edificios nuevos, el diseño arquitectónico se puede modificar para mejorar la eficiencia energética del edificio, por ejemplo, ubicando estratégicamente las ventanas para adaptarse mejor a las necesidades de calefacción o refrigeración. Otras medidas, como la climatización de los edificios existentes, puede reducir el desperdicio de energía, por ejemplo, sellando las fuentes de fugas de aire y mejorar el aislamiento del hogar, lo que permite a los consumidores utilizar menos energía para lograr el mismo nivel de comodidad.
Transporte
Las opciones para mejorar la eficiencia energética en el transporte involucran diseñar características para que los vehículos mejoren el ahorro de combustible y una transición en todo el sector hacia vehículos más eficientes.
La eficiencia energética de los vehículos se mide típicamente mediante la “economía de combustible”, que es la cantidad de kilómetros que se pueden recorrer por cada litro de gasolina. La economía de combustible de un vehículo se puede mejorar de varias maneras, como reducir el peso del vehículo o mejorar el diseño del motor para que consuma menos de este. Los automóviles híbridos, por ejemplo, tienen motores de arranque y parada que se apagan cuando el vehículo se detiene para evitar el desperdicio de combustible durante el ralentí. Hay algunas opciones similares disponibles para reducir el uso de energía en camiones, como diseñar camiones de tal manera que reduzcan su resistencia al aire cuando están en movimiento.
Otra opción para mejorar la eficiencia energética del transporte es cambiar de gasolina o diésel a vehículos híbridos o eléctricos más eficientes. La mayoría de los vehículos ligeros y pesados utilizan un motor de combustión interna, que convierte la energía potencial en gasolina o combustible diesel en energía cinética para propulsar un vehículo. Los motores de combustión interna son notoriamente ineficientes y solo convierten entre el 12 y el 30% del combustible en energía cinética.
Por el contrario, los vehículos híbridos (que usan gasolina y electricidad) y los vehículos eléctricos son mucho más eficientes en el consumo de combustible: los vehículos totalmente eléctricos tienen una calificación de eficiencia de combustible de alrededor del 77%. El cambio de vehículos totalmente a gasolina a vehículos híbridos o eléctricos también tiene beneficios ambientales.
¿Cuándo se creó la eficiencia energética?
Si bien la gestión de la energía y la mejora de la eficiencia energética siempre han sido importantes para la industria y el comercio durante mucho tiempo, no fue hasta la década de 1970 que recibiría una especial atención. La gestión de la energía como disciplina separada al desarrollo industrial comenzó a evolucionar después de la primera crisis del petróleo tenida lugar en el año 1973, cuando los precios de la energía subieron dramáticamente en el occidente.
En las primeras épocas (década de los 70), muy pocas organizaciones tenían algún tipo de monitoreo energético y cuando lo poseían no había un enfoque estandarizado. La mayoría de los sistemas eran manuales y no tenían en cuenta las variaciones debidas a factores climáticos, de producción o mezcla de insumos. En ese entonces había más una mentalidad de “conservar la energía” lo más que se pueda como respuesta a la crisis. En esta época surgieron nuevas tecnologías que a menudo se adoptaron antes de que estuvieran mayoritariamente aceptadas, como las bombas de calor industriales y las medidas gubernamentales de varios países se tendía a priorizar al ahorro.
Entre las décadas de 1980 y de los 1990, la gestión de la energía evolucionó lentamente hacia el “uso eficiente de la energía”. De forma paulatina se inició el desarrollo y la aplicación de “modelos de gestión eficaz”. Gracias al avance del poder de procesamiento de los ordenadores, surgieron mejores sistemas de monitoreo y control de variables energéticas. Los sistemas computarizados podrían tener en cuenta factores relevantes tales como la calefacción en función de la temperatura ambiental o los niveles de producción. Durante esta etapa apareció el mercado de la “consultoría de gestión energética” y con este, ciertas empresas que ayudaban a otras a establecer sistemas de gestión de energía, realizar auditorías, ejecutar proyectos y ofrecer programas de comunicación y sensibilización.
Con la llegada del nuevo milenio, la gestión de la energía como disciplina comenzó a decaer por culpa de dos factores: la reducción de los precios reales por la privatización de las empresas públicas y la disminución del tamaño general de las empresas. Al liberalizarse el mercado se podían lograr mayores ahorros con menos riesgo haciendo compras más efectivas que mediante la implementación de proyectos de eficiencia energética. Muchos gerentes de energía fueron despedidos o transferidos a otros empleos y muchas grandes organizaciones que habían sido pioneras en el manejo de la energía comenzaron a perder terreno. Además, el mercado de consultoría energética disminuyó drásticamente, excepto en el área de compras.
Sin embargo, la contaminación del medio ambiente comenzó a considerarse como un problema en este período y muchas empresas comenzaron a basar la gestión de su energía a iniciativas ambientales más amplias, pero sin profundizar mucho.
No fue hasta principios de las década del 2000 que la necesidad de reducir las emisiones de carbono ocupó el foco principal de la opinión pública ante la acentuación del cambio climático. El Protocolo de Kioto cobró protagonismo y la agenda del cambio climático se convirtió en una prioridad para empresas, gobiernos y organizaciones; ello hizo de la energía nuevamente una cuestión de alto nivel y a medida que subían los precios, muchas empresas se comprometieron a reducir el consumo, enfrentándose a sanciones por no hacerlo. En 2008, antes de que los efectos completos de la crisis financiera se hicieran claros y en medio de una erupción de preocupación por el precio del petróleo y las presiones sobre los recursos, el barril alcanzó un récord de 147 dólares.
A partir de 2010, las políticas orientadas a maximizar la eficiencia energética comenzaron a expandirse a nivel mundial. En los últimos años ha aumentado el interés por la financiación de tecnologías energéticamente eficientes y energías limpias. Si bien los mercados siguen siendo incipientes en la mayoría de los países, los signos fueron y siguen siendo positivos en cuanto al avance de las políticas de eficiencia energética.
La previsión es que la eficiencia energética se verá cada vez más como un recurso confiable al que todos pueden acceder, así como fuente de valor y comercialización. En el plano de las políticas habrá un cambio más hacia la concentración en la productividad energética, que es la base de una narrativa política mucho más positiva.
¿Cómo mejorar la eficiencia energética de una vivienda o un edificio?
La eficiencia energética de una estructura residencial no solo se ve reflejada en el costo de las facturas de la luz y el gas, sino que también puede tener un impacto en el valor de toda la propiedad misma y en la calidad de vida de quienes residen dentro de ella. A continuación, detallaremos algunos consejos que se deben tener en cuenta para mejorar la eficiencia energética de un edificio o vivienda.
Medir el consumo de energía
La mayoría de las residentes no pueden darse el lujo de construir un edificio nuevo o modernizarlo desde cero. Sin embargo, tanto si se es el propietario como un inquilino, se puede potenciar la eficiencia energética midiendo el consumo de la residencia. La evaluación comparativa es una excelente manera de comenzar a ver dónde puede realizar las mayores mejoras en la eficiencia energética.
Aislamiento Térmico
La envolvente exterior de un edificio debe diseñarse para reducir las necesidades de calefacción y refrigeración. El aislamiento debe hacer que la estructura sea lo más hermética posible. En edificios nuevos, esto se puede lograr mediante el uso de aislamiento de alto rendimiento y sistemas de paredes no tradicionales que ofrecen un aislamiento adicional. Reemplazar puertas y ventanas para evitar fugas de aire en edificios existentes puede ser una gran inversión.
Sistema de ventilación adecuado
Cuando un edificio ya es lo suficientemente hermético, un buen sistema de ventilación para mantener la buena calidad del aire en el interior y evitar la acumulación de humedad. Los ventiladores de recuperación de calor son sistemas que utilizan el aire que sale de una estructura para calentar el aire que entra. En el verano, el aire de su edificio puede enfriar el aire que viene del exterior.
Equipos de bajo Consumo
No hay que perder de vista el mercado de sistemas de eficiencia energética y los equipos de alto rendimiento. Los productos con etiquetado de eficiencia energética, por ejemplo, suelen tener entre el 15 y el 30% de ahorro energético en comparación con los equipos tradicionales. Estos productos evolucionan rápidamente, por lo que es importante mantenerse informado sobre los nuevos desarrollos.
Iluminación LED
La actualización a la iluminación LED contribuye enormemente a reducir el uso de energía en un 75% en comparación con la iluminación incandescente tradicional. También se puede recurrir a sensores de movimiento en espacios de uso poco frecuente para que las luces solo se prendan cuando sea necesario, como salas de conferencias y baños, para reducir el uso de energía.
Cálculo de retorno de inversión
A pesar de los sustanciales costos iniciales, las inversiones en eficiencia energética se encuentran entre los retornos de inversión más seguros que existen. La modernización de un edificio, por ejemplo, puede generar ahorros de energía de entre el 5 al 15% y, por lo general, se amortiza en menos de tres años.
¿Cómo mejorar la eficiencia energética en la industria?
La eficiencia energética es un factor igualmente importante en las industrias, ya que los ahorros en costos en estos sectores son más deseados. Lamentablemente, las facturas de energía no siempre reflejan la realidad. Incluso es posible que solo se esté usando la mitad de la energía, mientras que la otra mitad simplemente se desperdicia a través de sistemas de climatización con fugas o equipos defectuosos.
Los abastecimientos industriales como el suministro de agua y las plantas de tratamiento de agua necesitan una gran cantidad de suministro de energía para funcionar. Pero la mayor parte de la energía, casi la mitad, se desperdicia debido a la negligencia y la ausencia de un programa de gestión de la energía. Las industrias manufactureras, por otro lado, invierten miles de millones de dólares en las instalaciones consumidores de energía, y en ellas el desperdicio de energía puede llegar a representar hasta el 30%.
La eficiencia energética para cualquier industria es muy importante desde el punto de vista financiero, de eficiencia, de productividad y medioambiental. Todas las industrias, empresas y organizaciones deben tomar medidas para lograr la eficiencia energética. A continuación, se detallarán 6 formas más efectivas de lograr eficiencia energética para la industria:
Crear un equipo de gestión energética: La eficiencia energética como componente importante de cualquier industria, empresa u organización, merece un departamento o equipo completamente separado que se dedique a él. Una de las mejores formas de gestionar la energía y mejorar la eficiencia es mediante la creación de un equipo de gestión energética que maneje toda la información, supervise y calcule el uso y busque formas de ahorrar esta.
La mayoría de las industrias no tienen un equipo específico para manejar esta responsabilidad, por lo que su cuidado puede pasar por alto. Pero ahora que salvar el medio ambiente se ha vuelto tan importante, tener un equipo de expertos que ayude a lograr la eficiencia energética para la industria se ha vuelto aún más crítico.
Auditorías energéticas: La realización de auditorías energéticas es una de las mejores formas de lograr la eficiencia energética para la industria, ya que se realiza de manera muy minuciosa y precisa. Los resultados se pueden utilizar para identificar las áreas problemáticas y elaborar un plan para lograr la eficiencia energética para la industria. Si bien se puede realizar auditorías energéticas internas, para obtener los mejores e imparciales resultados, lo mejor es solicitar equipos externos que lo haga.
Las empresas de auditoría energética cuentan con un equipo de expertos especializados en auditoría energética y ayudan a cuantificar el consumo de energía de cada departamento, las horas y los días de consumo máximo y dónde se producen las fugas. Una vez realizada la auditoría, el equipo de gestión energética recomendará los pasos necesarios para lograr una mejor eficiencia energética de la industria y ahorrar costos.
Control y administración de la maquinaria: En las industrias, el funcionamiento de las maquinarias consume una gran cantidad de energía. Al controlarse y utilizarse cuidadosamente la energía para el funcionamiento de dichos equipos, las industrias pueden reducir los costos y mejorar la eficiencia. Al programarse estratégicamente el uso de la maquinaria, se puede reducir el desperdicio y ahorrarse costos.
Puede utilizarse la información de auditoría para encontrar qué maquinaria necesita más energía para funcionar. Una de las formas más efectivas de mejorar la eficiencia energética es programar el funcionamiento de estas máquinas fuera de las horas pico. Asimismo, hay muchas formas en que se puede optimizar el uso de la maquinaria para ahorrar energía y costos.
Usar iluminación LED y solar LED: La iluminación también es una parte importante de industrias como las plantas de tratamiento de agua. Dejar las luces encendidas cuando no están en uso puede tener un gran impacto insospechado en el consumo de energía. Apagar las luces después de su uso es una de las mejores y más fáciles formas de ahorrar energía. Si bien la gente es consciente de este hecho en casa, las industrias no le prestan mucha atención a esto. Es importante que las empresas tomen las medidas adecuadas para reducir el desperdicio de energía apagando las luces y utilizando iluminación de bajo consumo como la iluminación LED y solar.
Estas son algunas de las formas en que puede hacerse:
- Los sistemas de iluminación automatizados basados en la ocupación de la habitación o la disponibilidad de luz natural pueden reducir el desperdicio de energía
- Instalar sensores detectores de movimiento para automatizar el encendido y apagado de la luz según la necesidad
- Uso de material LED eficiente para lograr la eficiencia energética y ahorrar hasta un 80% del costo de iluminación.
- Instalación de lámparas LED solares para mejorar la eficiencia energética ya que cuentan con paneles solares y baterías que suministran energía a las luminarias.
Optimización de compresores de aire: Los compresores de aire se instalan en las áreas industriales por varias razones y también son responsables de un gran consumo de energía. Pero también implican una gran cantidad de generación de residuos. La falla radica en un diseño incorrecto, una instalación o un mantenimiento incorrectos. Las fugas en los compresores de aire pueden representar un enorme desperdicio de energía, y múltiples fugas pueden agregar mucho al costo final.
Es importante mantener los compresores de aire en un nivel óptimo de funcionamiento y asegurarse de que estén sellados correctamente y no tengan fugas. Una auditoría energética puede ayudar a elaborar un plan para abordar el problema de la manera más eficiente.
Realizar un mantenimiento regular: La limpieza y el mantenimiento de los sistemas es una de las mejores formas de garantizar que una industrial sea energéticamente eficiente. Hay que asegurarse de que el sistema, el equipo, la maquinaria, las luces, los sistemas HVAC y otros componentes importantes se limpien y mantengan con regularidad.
Al mantenerse la eficiencia del sistema, se puede reducir el desperdicio de energía, mejorar la eficiencia y también aumentar la vida útil de cada componente. Esto también puede reducir la posibilidad de averías repentinas del sistema con un programa de mantenimiento eficiente para sus diversos componentes importantes. Contratar a un equipo profesional para la reparación y el mantenimiento regular es una excelente manera de garantizar que su espacio industrial sea eficiente y esté bien mantenido.
¿En qué consiste el etiquetado de eficiencia energética?
Las etiquetas de eficiencia energética son sistemas de certificación que tienen como objetivo influir en el comportamiento del consumidor en productos energéticamente eficiente y como herramienta para impulsar la innovación de las empresas. Actualmente se utilizan en más de 80 países alrededor del mundo y los mercados más grandes del mundo cuentan con ellas.
Al brindarles a los consumidores más información sobre el rendimiento energético de los bienes que compran, las autoridades esperan alentarlos a comprar los productos de mejor rendimiento. Sin embargo, ahorrar energía no solo es bueno para los consumidores, también es bueno para el medio ambiente.
Si suficientes consumidores compran electrodomésticos de bajo consumo, la demanda de productos de peor rendimiento disminuirá y los fabricantes se verán impulsados a innovar para permanecer en el mercado.
Hay 3 tipos principales de etiquetas de eficiencia energética, aunque solo dos se utilizan con mayor frecuencia en la actualidad. En los Estados Unidos y Canadá se hace mayor uso de las etiquetas Energy Star, que es un tipo de etiqueta de respaldo. Esto significa que el mero hecho de que la etiqueta se otorgue a un producto significa que el producto es energéticamente eficiente. Específicamente, en el caso de Energy Star, se encuentra entre el 25% de los productos con mejor desempeño en su clase en el mercado.
Sin embargo, el tipo de etiqueta más común es la Etiqueta Energética de la Unión Europea. Puede encontrarse en los 28 estados miembros de la UE y, en diferentes variaciones, en otros 59 países. A diferencia de Energy Star, este tipo de etiqueta compara directamente el rendimiento de un aparato determinado con productos similares en el mercado.
En la UE, su uso está más restringido que el de Energy Star en los EE. UU. Se utiliza para etiquetar 14 grupos de productos (principalmente electrodomésticos), en comparación con 75 grupos de productos (incluidos diferentes tipos de inmuebles e instalaciones industriales) cubiertos bajo el programa Energy Star. Una diferencia notable es el hecho de que Energy Star cubre equipos de oficina como ordenadores y portátiles, que la etiqueta de la UE no cubre.
Un tercer tipo de etiqueta, la de variedad informativa, que simplemente indica el consumo de energía real del aparato, ya no se usa porque no es tan eficaz para comunicar información a los consumidores como los otros dos tipos.
La etiqueta de eficiencia energética de la UE es la que contiene mucha más información. Independientemente del producto al que se adjunte, presenta una calificación comparativa medida en una escala de A +++ a G, siendo A +++ el aparato con mejor rendimiento en su clase, e información sobre la marca y modelo del producto.
Para los lavarropas, por ejemplo, también muestra información sobre su consumo medio de energía (medido en kWh/año), el consumo anual de agua asociado (en L/año), el tamaño máximo de la carga (en kg), el clasificación de centrifugado (de A a G) y la contaminación acústica durante el ciclo de lavado y el ciclo de centrifugado (en decibelios o dB). Para los frigoríficos, la misma etiqueta contiene información sobre la clase energética, el volumen del frigorífico y del congelador (en L) y el nivel de contaminación acústica (en dB).
En general, todas las etiquetas son muy útiles. El programa Energy Star en Estados Unidos ayudó a ahorrar tres mil millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero entre 1992 y 2017 desde que se implementó. Solo en 2017, generó ahorros de 370 mil millones de kWh de electricidad y reducciones de emisiones asociadas por una suma de 290 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero, 190,000 toneladas cortas de SO2 , 180,000 toneladas cortas de NOx y 21,000 toneladas cortas de material particulado.
Mientras tanto, en la UE, se espera que la etiqueta de eficiencia energética para electrodomésticos dé como resultado un ahorro de 38 TWh/año, o el consumo anual de Hungría, para 2030. En términos monetarios, una lavadora de primera categoría (A +++) se estima que traerá a los consumidores un ahorro de 250 € durante la vida útil del aparato.
Pero este éxito se convirtió en un arma de doble filos. La etiqueta de la UE ha tenido tanto éxito al obligar a los fabricantes a fabricar electrodomésticos más eficientes, que un gran porcentaje de dispositivos ahora tienen la etiqueta A o superior (A +, A ++, A +++). Por ejemplo, el 55% de las lavadoras vendidas en la UE en 2015 tenían una calificación A +++.
En tales casos, la etiqueta es prácticamente inútil, porque deja de ser informativa. Por esta misma razón, la Comisión Europea votó en marzo de 2019 para cambiar la escala de las etiquetas para cinco tipos de electrodomésticos: lavavajillas, lavadoras y secadoras, frigoríficos, lámparas y pantallas electrónicas (televisores, pantallas de ordenador). Al eliminar las calificaciones “+” (A +++, A ++ y A +) y volver a una escala de calificación AG, el regulador espera arreglar la confusión causada por el sistema anterior.
Además, las nuevas etiquetas, que entrarán en vigor en 2021, vendrán equipadas con códigos QR, que los consumidores podrán escanear con un teléfono inteligente para obtener más información sobre el rendimiento energético de los productos que pretenden comprar.
¿Qué ejemplos de eficiencia energética existen?
El concepto de eficiencia energética se puede utilizar en casi todos los servicios que consumen energía, como iluminación, fabricación, construcción, transporte, máquinas, etc. El uso eficiente de la energía puede reducir costes, proteger el medio ambiente y mejorar la calidad de vida. Hay muchas formas de utilizar la energía de forma eficiente. Dependiendo del servicio energético que se utilice, las técnicas de eficiencia energética pueden variar. A continuación, se detallarán cinco formas de utilizar la energía de manera eficiente:
Electrodomésticos de bajo consumo
El uso de electrodomésticos de bajo consumo puede ayudar a ahorrar energía y costos. Incluyen aires acondicionados, heladeras, lavarropas, lavavajillas, termostatos, ventiladores, estufas eléctricas, etc.
Si se mantiene las heladeras enchufadas todo el día, sería buena idea reemplazar las heladeras viejas, ya que pueden costar un gran consumo de energía y constante necesidad de reparación.
Los lavarropas y lavavajillas también consumen mucha energía y recursos hídricos, especialmente cuando están desactualizados. Por lo tanto, se debe utilizar técnicas de eficiencia energética para lavar y secar la ropa.
Del mismo modo, también se debería actualizar otros electrodomésticos como termostatos, ventiladores, calefactores, etc., por otros nuevos y de bajo consumo.
Edificios energéticamente eficientes
Los edificios pueden provocar emisiones de dióxido de carbono ya que utilizan electricidad y combustibles fósiles tanto durante su construcción como durante su uso. La electricidad es la principal fuente de energía en los edificios. Todo edificio necesita un suministro eléctrico para la iluminación y el uso de otros aparatos electrónicos como refrigeradores, aires acondicionados, calentadores, lavadoras, etc.
Con la tecnología moderna, hay muchos recursos energéticamente eficientes que se pueden utilizar en los edificios. Estos recursos proporcionan el mismo servicio energético, pero utilizan menos energía. Se puede aplicar la eficiencia energética en los edificios centrándonos en el diseño y el aislamiento energéticamente eficientes.
Por ejemplo, la colocación de ventanas que proporcionen calefacción y refrigeración natural hará que sea más energéticamente eficiente. De manera similar, las estrategias de aislamiento que protegen los edificios de la luz solar, el viento y la lluvia pueden reducir el consumo de energía y optimizar la eficiencia energética. También reduce el costo de la energía.
Transporte energéticamente eficiente
El transporte es otro sector que provoca emisiones de dióxido de carbono. Esto se debe a que utilizan combustibles fósiles como el petróleo y el gas. El uso de la eficiencia energética en el transporte puede mejorar la economía de combustible y proteger el medio ambiente.
Al igual que en los edificios energéticamente eficientes, el transporte también requiere un diseño adecuado para que sean energéticamente eficientes. Los diseñadores deben considerar el ahorro de combustible al diseñar automóviles. Reducir el peso del vehículo, mejorar el diseño de los motores y utilizar vehículos híbridos son algunas de las estrategias de ahorro de combustible.
La mejor alternativa es utilizar vehículos eléctricos. Estos vehículos no consumen combustibles fósiles y funcionan íntegramente con fuentes de energía renovables.
Utilización de energías renovables
El uso de paneles solares es uno de los usos más eficientes de la energía. La luz del sol está disponible de forma gratuita. Produce 10.000 veces la energía consumida por los humanos. Se puede utilizar la energía solar para producir electricidad para iluminación, calefacción y otros fines.
De manera similar, se puede utilizar energía eólica, hidráulica, undimotriz, geotérmica, etc., para producir servicios energéticos. Todos estos recursos son gratuitos, renovables y respetuosos con el medio ambiente.